La pandemia deja al descubierto las miserias en las residencias


residencias


Semanas antes de que estallara el covid19 fueron varios los artículos de investigación y de crítica que hablaban de las residencias de mayores como ‘un parking para ancianos’, puesto que el 40% de los residentes no recibían visitas ni se preocupaban por sus familiares y las voces apuntaban a que no se cumplían las normas. 

Curiosamente este estudio se realizó en varios geriátricos de la Comunidad de Madrid. Aunque posterior salieron algunas noticias de otras residencias donde los trabajadores hablaban de ellas como una máquina de hacer dinero y contaban el poco control que siempre ha habido el ellas.

Las residencias para la tercera edad se han convertido desde hace años en un negocio redondo para los grandes grupos que las gestionan y las venden como verdaderos Hoteles de cinco estrellas cuando se ha visto en estos días que no es así. Todo mentira y a las pruebas me remito con las noticias alarmantes que conocemos en cuanto al elevado número de muertes por el virus.

El negocio de las residencias de la tercera edad


Recortan servicios, el aseo guarda mucho que desear y el personal, a veces, no cuenta con la preparación necesaria y son obligados a hacer jornadas maratonianas. Te cobran por todos los extras, geles, champús, esponjas y hasta para ponerlos a andar en los gimnasios. Si tenemos en cuenta que la cuota ya es elevada, el ingreso económico por residente es abismal y una verdadera máquina de hacer dinero.

Al igual que años atrás explotó la burbuja inmobiliaria, el negocio de las residencias con el covid19 ha estallado. Como siempre, tiene que haber una desgracia a nivel nacional o mundial para que tomemos conciencia y veamos en primera persona cómo las residencias han sido y son verdaderos negocios que ante una crisis sanitaria, no están preparadas.

Según los últimos datos, y no están todos, más de 3.600 ancianos han muerto desde el inicio de la pandemia. Solo en Madrid la cifra asciende a más de 1400, así como en Cataluya y Castilla y León siendo las comunidades más afectadas y donde las residencias, en su mayoría, son de gestión privada. 

Digo yo, que habrá que pedir responsabilidades porque a la hora de tirar balones fuera nadie quiere asumirlas y velar por la seguridad de nuestros mayores es su responsabilidad y la nuestra denunciarlo.

Han sido y son el verdadero foco de la pandemia, es un verdadero horror. Siendo la población más vulnerable y expuesta al virus no estaban preparadas ni tenían un protocolo de contención ni idea de cómo gestionarlo. Y es que mientras todo va bien y pasen la cuota a final de mes, lo demás ha sido secundario y jamás se han preocupado. 

Sin información a los familiares


Es verdad que no son servicios sanitarios y son centros sociales pero la barbarie que se ha visto, sobre todo, en la Comunidad de Madrid, no tienen paragón.  Son varias las denuncias de familiares y trabajadores que aseguran están abandonados de la mano de Dios y no hay orden ni concierto. Hay residencias que han optado por ocultar información y ante la imposibilidad de ver a los familiares se tienen que guiar por lo que les diga la locutora de turno. 

Aseguran que están desbordados, nadie lo pone en duda. Pero cuentan con suficiente capital como para reforzar plantillas y hacerse cargo de la situación sin tener que echar las culpas a nadie o esperar que otros departamentos le saquen las castañas del fuego.

Nadie entiende nada y se preguntan cómo se ha llegado a esta situación. Es deducible. Si tenemos en cuenta que las residencias de ancianos es un negocio para las empresas que las gestionan, ¿quién iba a decir que una pandemia iba a poner en tela de juicio y a destapar sus vergüenzas? 

Años de mala gestión y sin control por las Comunidades


Han sido años de denuncias en cuanto a las deficiencias que sufren algunas de ellas que no corresponde con los servicios que ofrecen y se pagan. Las venden como verdaderas residencias de lujo y postín, pero estas, también se han visto afectadas por la falta de previsión y sus trabajadores han tenido que callarse para mantener su puesto de trabajo.

¿Es o no es un negocio? 


Claro, si ya lo dijo Chicote en aquellos programas que dejó en tela de juicio cómo gestionaban muchas residencias y las miserias que dejó al descubierto. Por tanto, ¿a quién le sorprende que no estuvieran preparadas y se hayan visto desbordadas en esta pandemia?

Claro que tampoco podemos meter a todas en el mismo saco. Las hay que con menos lujos pero con más calidad humana lo han sabido gestionar.  Y lo más importante han sabido controlar e incluso aislar el virus. Residencias pequeñas donde el propio personal quienes se ha aislado con los residentes para evitar contagios desde fuera. Personal que trabaja por vocación y no por tener un trabajo. Residencias que sí han velado por sus residentes y han tomado las medidas necesarias para protegerlos. 

Por tanto si unas han podido las demás no lo han hecho por dejadez. Y ello demuestra que se podían haber evitado muchas muertes en las residencias si realmente hubieran ejercido como tales, velar por la seguridad de las personas que en ellas viven y no dedicarse solo a cobrar una cuota.

Hay que pedir responsabilidades


Cuando todo esto pase se pedirán responsabilidades a las Comunidades de esas residencias gestionadas por empresas y se debería mirar con lupa el tipo de personal que trabajan en ellas, porque al igual que los facultativos y personal de sanidad debería ser personal preparado y con una clara vocación de ayuda a las personas mayores.

El lobby de las empresas que gestionan geriátricos como si fueran números para ampliar sus cuentas debería ser revisadas con lupa e incluso ser intervenidas para ser auditadas. Todo ello por el bien de los residentes. Nadie se merece ser desatendido por el mero hecho de vivir en una residencia y ser una persona mayor. Máxime cuando en la mayoría de los casos ellos no se quejan porque ya no están en condiciones para ello.  

Hay que proteger a los mayores y ser su voz 


Existen las inspecciones y las gerencias que son las que tienen que velar para que haya una buena gestión y regular los precios abusivos e inspeccionar si cumplen con los servicios que ofertan y cobran a final de mes.

Sí, estamos peleando con un virus incontrolable que nos ha paralizado a todos y las personas mayores son el grupo más vulnerable pero quienes tenían que velar por ellos en las residencias, han fallado a la sociedad.





Publicar un comentario

0 Comentarios