Buscando el adictivo “me gusta” o “likes” en las redes sociales


La última moda que se puede considerar adición entre los jóvenes, y no tan jóvenes, es la competición de ‘me gusta’ o ‘likes’ en las redes sociales como FacebookTwitter o Instagram.

Buscando el adictivo  “me gusta” o “likes” en las redes sociales





Las redes sociales pueden ser tan beneficiosas como perjudiciales para la salud si no haces un uso moderado y con conocimiento para que no sea aditivo. 

Se puede decir que las redes sociales es lo que antiguamente podía ser la plaza del pueblo o el patio del colegio donde los jóvenes se juntaban para hablar, compartir y, cómo no, también había rivalidad y todos querían sobresalir en el grupo y ser el cabecilla o más popular.

Redes sociales con moderación

En nuestros días están Facebook e Instagram, entre las más populares de los jóvenes, donde interactúan y comparten, sobre todo, imágenes y momentos. No debería ser un problema siempre y cuando se utilicen con moderación y sin ser un lugar de competición de ‘me gusta’ o ‘likes’. Si se pone un límite no debería haber ningún problema ni de adición y sobre todo de autoestima.

Sin embargo un reciente estudio británico impulsado por la Royal Society of Public Health (RSPH) y la Universidad de Cambridge, asegura que este tipo de interacción social puede llegar a provocar distintos impactos en la salud mental de los jóvenes. No es banal decir que los resultados, no solo de este estudio, preocupan cada vez más a los expertos.


“me gusta” o “likes” en las redes sociales


Cuando la competición social está en la imagen

No quiere decir que todas las redes sociales tengan el mismo impacto en los jóvenes y puedan modificar sus hábitos y comportamientos. Son aquellas plataformas que se nutren, sobre todo, de la imagen, ahí está el problema y la verdadera competición en ‘likes’. Instagram se ha convertido en algo donde lo virtual llega a ser tan real como la vida misma. 

Hasta el momento al tratarse de algo todavía nuevo, aunque hablar de internet se puede decir que lo de ayer ya es viejo, no se sabe todavía si este tipo de comportamiento de imagen virtual, es algo más que un simple pasatiempo o puede llegar a afectar al cerebro e incluso causar trastornos psicológicos.

¿Cómo puede afectar muchos ‘likes’ o un ‘me gusta’ al cerebro?

Estudios aseguran que puede producir el mismo efecto que si se come chocolate, es decir, un alimento altamente adictivo. Pero a la vez ejerce un efecto de ansiedad si se reciben menos ‘likes’ o ‘me gustas’, aparte de esa sensación de frustración.

Adición y competición

En el mundo se ha desarrollado una verdadera adición a las redes sociales se comparte, se opina, y se suben imágenes  esperando pendientes y expectantes el deseado corazoncito, me gusta, o likes. En algunos casos incluso el deseado mensaje que pueda avalar aún más ese chute de chocolate. Pero no nos llevemos a engaño esto puede generar una gran angustia y tocar seriamente la salud mental. Se trata de una verdadera competición por saber día a día o momento a momento si sigues siendo popular en ese pequeño o gran círculo.



Y es que vivimos en una sociedad donde importa más el exterior que el interior.  Es decir importa más un ‘me gusta’ que la opinión que puedas tener de ti mismo. Generalmente, dicen los estudiosos del tema, que esto se debe a una baja autoestima. Llevar una cuenta de todo el proceso y estar pendiente de la respuesta que recibimos de fuera así lo avalan. Porque generalmente cualquier joven o persona que tiene una fuerte personalidad y se gusta así mismo no está pendiente de los ‘likes’ que recibe.

Engancharse a las redes sociales es más fácil de lo que pensamos. Si bien la preocupación viene generada por los jóvenes al no haber alcanzado la madurez y es el momento en el cual están buscando su identidad y las redes se la puede distorsionar y son más vulnerables,  los adultos también buscan ser reconocidos y pueden caer presos de la adición, aunque en este caso pueden contar con más recursos y fortaleza para saber hasta dónde pueden llegar y se puede aplicar el sentido común.


Dice Shirley Cramer CBE, Directora Ejecutiva de RSPH,  que “las redes sociales han sido descritas como más adictivas que los cigarrillos y el alcohol, y ahora están tan arraigadas en la vida de los jóvenes que ya no es posible ignorarlas al hablar de los problemas de salud mental de este sector de la población. Es interesante ver como Instagram y Snapchat ocupan el peor lugar en esta clasificación ―ambas plataformas están muy centradas en la imagen― y generan en los jóvenes y adolescentes sentimientos de ansiedad”.

A las nuevas tecnologías hay que darles el tiempo necesario sin entrar en la competición ni darles más importancia de la que tienen. Tanto jóvenes como adultos tienen que emplearla como una herramienta bien de ocio, laboral o profesional. Puede ser un aporte importante pero nunca se deben de emplear como un puente de escape de la vida real ya que a corto/largo plazo pueden tener consecuencias negativas.

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