El despertar de mi letargo




Reconozco que llevo mucho tiempo con una sequía mental, en cuanto a opinión, y sobre todo a expresar todo lo que se me pasa por la cabeza.  Las crisis creativas o el modo de vaciar y liberarte por medio de la escritura forman parte del ADN de las personas.  No sirve forzar la máquina cuando no hay manera de desbloquearse. Pienso que simplemente hay que esperar llegue el momento y dejar que las palabras fluyan.

Tengo la cabeza llena de ideas que quiero expresar pero el bloque mental solo me permite pequeños esbozos en hojas de papel para llevar una cronología en el tiempo de todo aquello que escribiré cuando esté de nuevo preparada. Momento que siento está a punto de llegar y reconozco que siento un poco de miedo porque sé que el día que empiece, no pararé hasta  vaciar mi mente de todo aquello que lleva meses y años esperando fluir mediante palabras.

La ventaja que tengo es que yo escribo para mi bienestar y no para que me lean los demás, si lo hacen, bienvenidos sean, pero no es una de mis prioridades. Quiero decir con esto que no busco la aceptación ni el beneplácito ni tan siquiera escribir para generar tráfico, debate e incluso polémica. Hoy en día con el amplio abanico que tenemos para expresarnos,  pienso es un sumidero sin filtro donde se ha dado carta blanca al “todo vale” para escribir, descalificar y soltar todo a golpe de tecla.




Si bien mi sequía mental no me ha permitido “hablar”, si me ha servido para darme cuenta de la espiral a la cual hemos llegado con tanta sobreinformación, saturación y  manipulación en la información.  Como diría aquel llega sin filtro y sin anestesia y sin medir las consecuencias. Es lo que tiene entrar “aquí o allá” y saltar o escribir lo primero que se te pase por la cabeza, muchas veces con un propósito o premeditación y no es otra que decir la mayor barbaridad o hacer el mayor daño posible, bajo ese supuesto anonimato que (pensamos) nos ampara la red.



Soy consciente que estos últimos años han sido los causantes de mi vacío y mis nulas ganas por realizar uno de los hobbies que más me relajan y me liberan, incluso he llegado a pensar que psicológicamente todos los acontecimientos me bloquearon y me paralizaron, no solo a la hora de transmitir, también como persona. Pero como nada es eterno comienzo a sentir que poco a poco me estoy dando cuenta que está llegando el momento de la liberación. No hay mal que por cien años dure.

Lo sé porque cuando empiezas a ver la vida con otro color y las circunstancias ya no te afectan o, le intentas buscar el lado bueno de las cosas, es cuando sientes que “al mal tiempo buena cara” y todo es experiencia, una experiencia que me permitirá varias entradas para el blog o, quién sabe, incluso me dará para escribir un buen libro. Capítulos hay para dar y regalar. Me dejaré llevar y lo que surja. Porque lo que sí sé, es que lo necesito para liberarme y quedar en paz conmigo misma. Porque para avanzar te tienes que liberar de todo lo que no es necesario y más si hablamos de situaciones o hechos que solo sobreviven en el pensamiento.

Esa barrera que me bloqueaba por los miedos internos, por las circunstancias y un poco de pérdida de mi “yo”, poco a poco se va apartando y va dando paso a esa persona que siempre fui y que supo salir adelante y resurgir, a base de mucha fuerza de voluntad, y junto a esas personas que siguen estando ahí,  para no dejar que las circunstancias te devoren, ya que siempre te recuerdan, que soy una persona fuerte y que nada puede destruir a una persona, al menos, no del todo, si ella no lo permite.



Hay personas que se dedican a expresar su estado con imágenes o frases hechas que lanzan en sus redes sociales a modo de indirectas con fines concretos y hacia personas concretas. No es mi caso, me sigue gustando guardar esa parcela privada de mi vida en la cual solo están quien yo creo que se merece estar y quienes tienen algo que aportar. Pero como siempre digo, respeto a todas las personas y solo pido el mismo nivel de respeto hacia mí y el modo que tengo de separar mi vida personal a la profesional. Reconozco que hay momentos en los cuales me hubiera gustado dar un puñetazo encima de la mesa, salir de mi zona y cantar las verdades al barquero.

Esto es lo que soy a día de hoy y cuando una idea comienza a tomar forma en mi cabecita no pararé hasta sacarla a la luz. A la vez que voy haciendo esbozos de esos capítulos los alternaré con post que me apetezca compartir y que tengo escritos desde hace mucho tiempo y jamás me apeteció subir al blog.



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