En tiempo de crisis, remedios caseros para desmaquillarte


En tiempo de crisis, remedios caseros para desmaquillarte

Para ahorrar en cuanto a productos de belleza, nada mejor como rescatar del cajón de la abuela, los conocidos remedios caseros. Os presento por ello, un desmaquillante, lápiz y rímel casero que te sacará del apuro sin necesidad de gastarte un euro.

Es cierto que en tiempo de crisis se han incrementado este tipo de remedios caseros. No es que hayamos descubierto nada nuevo, nuestras abuelas los utilizaban cuando no había tanto producto de belleza, y estaban igualmente bellas. Copiar por lo tanto de la sabiduría popular, nos puede enriquecer ‘nuestra belleza’.



Loción desmaquilladora casera

Un cosmético imprescindible en nuestro neceser. No podemos quedarnos sin él. Siempre antes de irnos a dormir hay que retirar los restos del maquillaje. Si no lo hacemos, los poros tomarán cuenta de ello, y como resultado las impurezas se irán acumulando en la piel que con el tiempo, se verá deshidratada y sin falta de vitalidad. 

Por lo tanto, en una situación de emergencia coge un poco de aceite de oliva, sí, esa que usamos para cocinar, y moja un pañuelo de papel o discos desmaquilladores, pásalo suavemente por tu rostro con pequeños toquecitos. A continuación lávate la cara con un jabón muy suave para retirar lo que pueda quedar del maquillaje. Sécate con una toalla sin raspar y lista.



Barra de labios

Si descubres que te has quedado sin ella, porque no te dio tiempo a comprarla, pero tienes el lápiz labial de un tono similar o rojizo similar al mismo. Puedes perfilarte los labios y después te los rellenas con vaselina. Este remedio hará que tus labios estén maquillados como si te aplicases un gloss.

El rímel 

Es otro producto imprescindible, si descubres que no queda ni gota. Un remedio casero es coger el mismo envase del rímel y mojarlo en vaselina líquida (no mucho), aplícatela en las pestañas y verás cómo el efecto es que parecen más largas y espesas.

No hay que olvidar que los remedios caseros son universales y prácticamente está todo inventado, pero si tienes algún otro remedio similar, puedes compartirlo. Nunca se sabe en qué momento necesitaremos ese producto que se nos ha terminado en el peor momento, o simplemente nos sale más barato que comprarlo y así ahorramos unos euros, que nunca está de más.


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