La maldad se disfraza de mil caras

La maldad se disfraza de mil caras


He llegado a la conclusión que las personas malas no existen más bien existe la maldad en ellas. Es como un baile de máscaras porque la maldad se disfraza, a veces, en mil caras.

Es la maldad quien define a las personas con su comportamiento, de ahí piense que la maldad tiene mil caras como así lo avalan diversos estudios a lo largo de la historia. Con su comportamiento ese tipo de personas simplemente tienen un único deseo, causar daño de mil formas diferentes, y como objetivo, agredir, manipular, degradar, humillar hasta “matar” a la persona para conseguir su fin. Al carecer de sentimientos nada les perturba.


Son seres oscuros que viven en la sociedad disfrazados. Todos ellos tienen un comportamiento común. La teoría dice que hay un nexo identificativo entre  todas ellas.  Su motivación se basa en hacer todo para su propio interés por encima de todo y lo consiguen con hechos malvados, por tanto se trata de seres sin escrúpulos.

Los psicólogos y entendidos en el tema aseguran que hay varios rasgos que marcan el comportamiento de estas personas. La primera de ellas es que carecen de ética y moral.  Sólo así pueden llegar a ser seres egoístas que solo miran por su interés.  Dicen que son narcisistas y su comportamiento se basa en la manipulación y estrategias marcadas.

Tiene su punto de lógica porque los seres malvados pueden tener mil caras hasta que consiguen su objetivo personal así como su interés social y material. Al carecer de escrúpulos pueden incluso ser sádicos y psicópatas. El “yo” prima como un derecho que les priva de cualquier moralidad.

Son rasgos tan evidentes que seguramente muchas personas tengan en su entorno seres así, son difíciles de detectar porque su enorme poder de manipulación disfraza su maldad, casi siempre, justificando sus actos de tal modo que son los que se conocen como “encantadores de serpiente”, son capaces de manipular el pensamiento de las personas quedando ellos libres de cualquier pecado.

A fecha de hoy donde la competitividad está más reñida resurgen con más fuerza este tipo de personas con rasgos malévolos. Como solo les interesa su ego son capaces de conseguir sus objetivos sin el más mínimo esfuerzo porque siempre tendrán, a sus acólitos manipulados, que le harán el trabajo sin despeinarse.  Al ser seres narcisistas todas las personas están muy por debajo en su escala.

Todos a lo largo de nuestra vida hemos conocido seres así. Cuidado si te has puesto en su línea de ataque porque no pararán hasta hacerte caer. La mejor defensa es evitarlos e ignorarlos para no seguir alimentando su ego que está íntimamente ligado a su maldad.

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