Podemos y el poder de una imagen y no unas siglas ‘obsoletas’

No solo en las redes sociales se habla del partido de moda que ha sido capaz de descuadrar a los grandes feudos nacionales, también fuera de nuestras fronteras. ‘Podemos’ ha conseguido en cuatro meses, lo que los grandes no han tenido poder de convocatoria. Cinco escaños en Bruselas, eso y nada, no es lo mismo.

Dicen que viene de todas aquellas personas que están en contra de todo lo que actualmente estamos viviendo en nuestro país. Recortes, pérdidas de derechos, estudiantes indignados por el recorte en las becas, desahucios …. Todo un cómputo de situaciones personales que se ha visto reflejado en las urnas quitándole votos a los más grandes.



Su figura, Pablo Iglesias es doctorado y profesor en ciencias políticas de la Complutense de Madrid con un historial anti-globalización, que milita por y para las personas y lo más importantes, un impresionante poder de comunicación y de imagen personal. Algo que no tienen otros, o simplemente la gente quiere algo nuevo, fresco y diferente a todo lo que venimos viendo en los últimos años.

No seré yo la que hable de política, más bien analizo el cómo de esta subida de Podemos, un partido que viene de los coletazos (dicen) de aquel famoso 15M. Pero si era para que el resto de las fuerzas políticas hicieran examen de conciencia y autocrítica y piensen en lo que las ‘personas’ piden y quieren para el país.

Aquí no valen unas siglas, ni los partidos que a lo largo de toda nuestra historia de la democracia han ido en decadencia y no han mirado por y para las personas. Los grandes están muy ‘apoltronados’ en sus tronos y no se paran a mirar hacia abajo. Viven en una realidad distinta, viven y gobiernan por y para las políticas económicas (esta crisis es más económica que otra cosa), y por eso ha venido ‘Podemos’ y les ha dado un varapalo o un toque de atención para que bajen a la tierra llana y soberana si quieren seguir teniendo poder de convocatoria.

El pueblo habla, otra cosa es que este nuevo partido sea capaz de llevar a la práctica todas las medidas que promete ‘por y para las personas’. No seré yo quien juzgue nada, solo el tiempo dará o quitará razones, y el tiempo dirá si Pablo Iglesias y su recientemente fundado partido es capaz de hacer temblar los cimientos de los grandes y que dejen de mirarse el ombligo, o simplemente queda en demagogia pura y dura.

Pero para qué vamos hablar de política, si para eso ya están otros. El pueblo siempre ha pasado de estas milongas hasta que nos hemos dado cuenta en qué manos hemos tenido el país durante años.


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